dimecres, de maig 04, 2005

Raquel escollint serveis de taula/Raquel escogiendo servicio de mesa

Segur que Raquel Bluvstein, a pesar del seu delicat estat de salut, menjava, i de ben segur que hauria acceptat, si la tuberculosi li ho hagués permès, d’acompanyar-me ahir a les quatre botigues de Barcelona que vaig triar per poder gaudir a casa meva de convidats excepcionals com alguna gent de Cyberdark, o les meves velles amistats, que ja fa temps saben que tenen les portes obertes de casa.

Anar a mirar vaixelles, coberteria i cristalleria ha estat per a mi un plaer. De sempre. La meva afició per la cocteleria m’ha portat a fixar-me a cada aparador en tot el que tenen per fer el servei una mica més innovador o luxós. Val la pena. Si mai heu gaudit d’un Dry martini, una Passió blava, un Giorgio’s , un Tobogan, un Gin Fizz... tot fet a casa, a casa meva, vull dir, no sabeu el que us perdeu. A vegades em surten invents, com un 31 de desembre que vaig fer patir els convidats amb mescles vomitives, però normalment no és així.

Raquel Bluvstein em vetlla, no pas Renee Vivien com us pensàveu molts. I els seus poemes em condueixen vers un imaginari que em fa caminar al costat de la meva mare – sí, em porto bé amb la família – per Tendances, l’Ànec Groc, Corium casa o Vinçon. Sóc una persona molt posada en el tema de la llar, i m’agrada tot el que pot significar novetat, originalitat, acolliment, dolçor i amor. Vull una casa oberta als altres, que quan hi entreu penseu: el seu amfitrió no defuig de les visites, i igual que la poesia de la Raquel era oberta al poble d’Israel i a través seu a l’universal, la meva casa també vol ser oberta a tothom – la qual cosa no significa que hi pugui venir tothom qui vulgui per la cara -.

La poeta Raquel Bluvstein (coneguda senzillament amb el nom de Raquel, amb què signava les seves poesies) va néixer l'any 1890 a Vyatka, Rússia. Va arribar a Eretz Israel el 1909, i fins el 1913 va viure en una escola agrícola per a noies a la vora del Mar de Galilea. Va marxar a França per estudiar agronomia i dibuix, i en esclatar la Primera Guerra Mundial va haver de tornar a Rússia, on va treballar en diverses institucions educatives per a nens refugiats. Va ser durant aquest període que va contraure la tuberculosi. El 1919 va tornar a Israel per viure al Kibbutz Degania, on a causa de la seva malaltia no li va ser possible de treballar amb nens. Va abandonar el kibbutz i es va instal·lar en un petit apartament de Tel Aviv, on va viure els darrers anys de la seva vida. Va morir l'any 1931 a l'edat de quaranta anys, i va ser incinerada prop del Mar de Galilea. Va ser durant aquests darrers sis anys de la seva vida que va publicar la major part de la seva obra. La seva vida ha pres proporcions gairebé mítiques pels lectors israelians, i un volum dels seus versos és encara un dels més grans bestsellers d'Israel.

Aquest fragment no és meu, és copiat d’una petita biografia internauta, prou ben feta com perquè sapiguem veure en ella paral·lelismes amb Becquer – la tuberculosi i la popularitat -. La gent d’Israel se sap els poemes de la Raquel de la mateixa manera que a Espanya ens sabem els del poeta romàntic i a Catalunya recitem Verdaguer. La senzillesa de la poeta israeliana, que beu de la poesia de Francis Jammes, que se sentia tenallada per una malaltia que li impedia realitzar-se, ja que per a ella el kibbutz ho era tot, i les muntanyes del Kinneret se li van endur l’ànima, ens omple de tal manera que podem dir que ella va ser una de les grans continuadores de la lírica intimista i una de les més brillants precursores de la mal anomenada poesia de l’experiència.

Els seus poemes ens capgiren i ens enfronten amb nosaltres mateixos:


Despertar en el hospital por la mañana temprano,
para recibir un día insulso, y sentir,
clavados en la carne del corazón, clavándose y royendo
los dientes de la desesperación;
por los agujeros de los instantes, el hilo podrido de la vida
ir enhebrando con mano débil,
una y otra vez…
¿Qué sabe el hombre sano de este terrible momento?

En el hospital se oscurece el día
y ya lo envuelve la noche;
después bajarán, vendrán despacio
la gran calma, la paz;
el ruido de los pasos del médico se oirá en el pasillo,
y dulcemente tocará tu mano
una mano consoladora.
¿Qué sabe el hombre sano de este hermoso momento?


No hem d’imaginar la poesia de la Raquel tal i com se’ns apareix en aquesta traducció. Ella és una modernista de cap a peus, i per tant fa servir la mètrica, la musicalitat, la rima, amb una exactitud sorprenent.

En noches de insomnio

¡Qué cansado está el corazón las noches de insomnio,
en las noches de insomnio qué pesado es el yugo!

¿Alargaré la mano para cortar el hilo,
para cortar el hilo y acabar?

Pero la mañana clarea; con ala diáfana
despacito a mi ventana llama.
No alargaré la mano para cortar el hilo.
¡Todavía un poco más, un poco más, corazón mío!


Yo

Yo soy así: tranquila
como las aguas de un lago,
amiga de la calma de lo cotidiano, de los ojos de los niños
y de los poemas de Francis Jammes.

Hace ya mucho tiempo se cubrió mi espíritu de púrpura,
y sobre las cimas de los montes
una fui con los grandes vientos
y el grito de las águilas.

Hace ya mucho tiempo… Eso fue hace ya mucho.
Los tiempos cambian
y ahora…
soy así.

És curiosa aquesta afició de Raquel per endinsar-se als racons més insospitats de la meva vida. Ahir va venir amb mi a mirar serveis de taula: uns coberts preciosos i una vaixella fantàstica, no dic res de les copes de còctel amb la base de color.

Avui anirà al cine en bona companyia... demà...

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Seguro que Raquel Bluvstein, a pesar de su delicado estado de salud, comía, y a buen seguro que habría acceptado, si la tuberculosis se lo hubiera permitido, acompañarme ayer a les cuatro tiendas de Barcelona que escogí para poder gozar en mi casa de invitados excepcionales como alguna gente de Cyberdark, o mis viejas amistades, que hace ya tiempo saben que tienen las puertas abiertas de casa.

Ir a mirar vajillas, cubertería y cristalería ha sido para mí un placer. Desde siempre. Mi afición por la coctelería me ha llevado a fijarme en cada aparador en todo lo que tienen para hacer el servicio un poco más innovador o lujoso. Vale la pena. Si nunca habéis gozado de un Dry martini, una Pasión azul, un Giorgio’s, un Tobogan, un Gin Fizz... todo hecho en casa, en mi casa, quiero decir, no sabéis lo que os perdéis. A veces me salen inventos, como un 31 de diciembre que hice sufrir a mis invitados con mezclas vomitivas, pero normalmente no es así.

Raquel Bluvstein me vela, no Renee Vivien como pensabais muchos. Y sus poemas me conducen hacia un imaginario que me hace caminar al lado de mi madre – sí, me llevo bien con la familia – por Tendances, el Ànec Groc, Corium casa o Vinçon. Soy una persona muy puesta en el tema del hogar, y me gusta todo lo que puede significar novedad, originalidad, acogimiento, dulzura y amor. Quiero una casa abierta a los demás, que cuando entréis penséis: su anfitrión no rehuye las visitas, y igual que la poesía de Raquel estaba abierta al pueblo de Israel y a través suyo al universal, mi casa también quiere estar abierta a todos– lo cual no significa que pueda venir quien quiera por la cara -.

La poeta Raquel Bluvstein (conocida sencillamente con el nombre de Raquel, con el que firmaba sus poesías) nació el año 1890 en Vyatka, Rusia. Llegó a Eretz Israel en 1909, y hasta 1913 vivió en una escuela agrícola para chicas al lado del Mar de Galilea. Se fue a Francia para estudiar agronomía y dibujo, y al estallar la Primera Guerra Mundial tuvo que volver a Rusia, donde trabajó en varias instituciones educativas para niños refugiados. Fue durante este período que contrajo la tuberculosis. En 1919 volvió a Israel para vivir en el Kibbutz Degania, donde como consecuencia de su enfermedad no le fue posible trabajar con niños. Abandonó el kibbutz y se instaló en un pequeño apartamento de Tel Aviv, donde vivió los últimos años de su vida. Murió el año 1931 a la edad de cuarenta años, y fue incinerada cerca del Mar de Galilea. Fue durante esos últimos seis años de su vida que publicó la mayor parte de su obra. Su vida ha alcanzado proporciones casi míticas para los lectores israelíes, y un volumen de sus versos es aún uno de los grandes bestsellers de Israel.

Este fragmento no es mío, ha sido copiado de una pequeña biografía internauta, lo suficientemente bien hecha como para que sepamos ver en ella paralelismos con Becquer – la tuberculosis y la popularidad -. La gente de Israel se sabe los poemas de Raquel de la misma manera que en España nos sabemos los del poeta romántico y en Cataluña recitamos a Verdaguer. La sencillez de la poeta israelí, que bebe de la poesía de Francis Jammes, que se sentía atenazada por una enfermedad que le impedía realizarse, ya que para ella el kibbutz lo era todo, y las montañas de Kinneret se le llevaron el alma, nos llena de tal manera que podemos decir que ella fue una de las grandes continuadoras de la lírica intimista y una de las más brillantes precursoras de la mal nombrada poesía de la experiencia.

Sus poemas nos voltean y nos enfrentan con nosotros mismos:


Despertar en el hospital por la mañana temprano,
para recibir un día insulso, y sentir,
clavados en la carne del corazón, clavándose y royendo
los dientes de la desesperación;
por los agujeros de los instantes, el hilo podrido de la vida
ir enhebrando con mano débil,
una y otra vez…
¿Qué sabe el hombre sano de este terrible momento?

En el hospital se oscurece el día
y ya lo envuelve la noche;
después bajarán, vendrán despacio
la gran calma, la paz;
el ruido de los pasos del médico se oirá en el pasillo,
y dulcemente tocará tu mano
una mano consoladora.
¿Qué sabe el hombre sano de este hermoso momento?

No hemos de imaginar la poesía de Raquel tal y como se nos aparece en esta traducción. Ella es una modernista de pies a cabeza, y por lo tanto utiliza la métrica, la musicalidad, la rima, con una exactitud sorprendente.

En noches de insomnio

¡Qué cansado está el corazón las noches de insomnio,
en las noches de insomnio qué pesado es el yugo!

¿Alargaré la mano para cortar el hilo,
para cortar el hilo y acabar?

Pero la mañana clarea; con ala diáfana
despacito a mi ventana llama.
No alargaré la mano para cortar el hilo.
¡Todavía un poco más, un poco más, corazón mío!


Yo

Yo soy así: tranquila
como las aguas de un lago,
amiga de la calma de lo cotidiano, de los ojos de los niños
y de los poemas de Francis Jammes.

Hace ya mucho tiempo se cubrió mi espíritu de púrpura,
y sobre las cimas de los montes
una fui con los grandes vientos
y el grito de las águilas.

Hace ya mucho tiempo… Eso fue hace ya mucho.
Los tiempos cambian
y ahora…
soy así.

Es curiosa esa afición de Raquel para adentrarse en los rincones más insospechados de mi vida. Ayer vino conmigo a mirar servicios de mesa: unos cubiertos preciosos u una vajilla fantástica, no digo nada de las copes de cóctel con la base de color.

Hoy irá al cine en buena compañía... mañana...

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